12:32 p.m.
Ayer tenía el alma enferma.
O quizás la tenía despegada,
pero mi temperatura no era la promedio
y un halo soporífero me acompañaba a donde iba.
¿La idea de la muerte rondándome otra vez?
¿O sólo el resultado de pocas horas de sueño,
o de una discusión inacabada?
¿O es quizás el smog y las horas exageradas de televisión?
No quisiera incluir en las culpas al sol, tan extrañado.
Ahora sale todos los días, y hace sus 8 horas con sobretiempo.
Y nadie le paga.
Y él no se queja.
Yo sí.
Me quejo de las angustias, de los dolores de cabeza.
De los músculos tensos y de las censuras.
Me quejo.
Lo bueno es que hoy ya no me siento como ayer.
Ahora tengo dos cojines en vez de uno
y todo es más suave.
Ojalá dure.
O quizás la tenía despegada,
pero mi temperatura no era la promedio
y un halo soporífero me acompañaba a donde iba.
¿La idea de la muerte rondándome otra vez?
¿O sólo el resultado de pocas horas de sueño,
o de una discusión inacabada?
¿O es quizás el smog y las horas exageradas de televisión?
No quisiera incluir en las culpas al sol, tan extrañado.
Ahora sale todos los días, y hace sus 8 horas con sobretiempo.
Y nadie le paga.
Y él no se queja.
Yo sí.
Me quejo de las angustias, de los dolores de cabeza.
De los músculos tensos y de las censuras.
Me quejo.
Lo bueno es que hoy ya no me siento como ayer.
Ahora tengo dos cojines en vez de uno
y todo es más suave.
Ojalá dure.
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