Perdido
Perdidos en Tokio (Lost in Translation), en la época de su estreno, tocó en mí una fibra. Y esta imagen, donde Bill Murray posa una mano sobre el pie de Scarlett Johansson, agotados de tanta felicidad recién enontrada, la ternura ahogando cualquier indicio de pasión desbocada, se me quedó hecha un tatuaje.
¿O es que tal vez ese leve, casi imperceptible, contacto no es otra cosa que un impulso inconsciente, expresión de un deseo irrefrenable, de una atracción imposible?
Una joya.
2 Comments:
Atracción hay, por supuesto, pero lo más disfrutable es la manera como está tratada, casi eterea, sin contacto carnal...
Bill y Scarlett son en essa imagen un solo indivisible, con un nivel de conexión que escapa a las ataduras formales.
Grande Sofia Coppola.
Tú lo has dicho.
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