Destape
Quizás eran las 3 ó 4 de la madrugada. Es verano, pero un frío inusual me despertó. Mi primer movimiento fue buscar cobijo. Estaba destapado y Ella tenía el 100% de sábana y frazada sobre sí. ¿Qué hago? Ella es de las que el mínimo ruido o movimiento despierta, y no quería que le perdiese el hilo al sueño. Jalé entonces una esquinita de frazada que le sobraba a la altura de los pies y tapé los míos. Para el resto de mi cuerpo, tomé mi almohada y la abracé.
De pronto, cuando me adormecía nuevamente, empecé a sentir jalones. Entre dormido y asustado, levanté la cabeza y la vi. Era Ella, de espaldas a mí, estirando su brazo para jalarme la almohada. No lograba asirla, pero intentaba una y otra vez.
- ¿Qué pasa?
- Tengo fríooooo.
- Bueno, pero déjame algo a mí también ¿no?
Ella volteó y abrió los ojos -en ese orden-.
- Uy, perdóname.
Y me bendijo con una sonrisa que terminó en carcajada potente, contagiosa, desternillada.
De pronto, cuando me adormecía nuevamente, empecé a sentir jalones. Entre dormido y asustado, levanté la cabeza y la vi. Era Ella, de espaldas a mí, estirando su brazo para jalarme la almohada. No lograba asirla, pero intentaba una y otra vez.
- ¿Qué pasa?
- Tengo fríooooo.
- Bueno, pero déjame algo a mí también ¿no?
Ella volteó y abrió los ojos -en ese orden-.
- Uy, perdóname.
Y me bendijo con una sonrisa que terminó en carcajada potente, contagiosa, desternillada.
Preciso instante en el que se produce el intento de destape
1 Comments:
Me has hecho acordar que esto mismo sucede con mi mariachi... se lamenta de lo mismo, pobre gordito, es que ambos somos dos pelotitas que necsitamos harta frazada... o sábana.
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