17.9.07

El cuerpo a veces fastidia. Ya antes he comentado cosas aquí sobre mi cuerpo. Cómo duelen las piernas o la forma en que mi corazón, a veces, pierde el ritmo. A eso tengo que sumar los dolores de espalda, más que frecuentes, o los hincones que trastornan mi oído -gracias audífonos-. Es por eso que, creo, hay ratos en los que creo me quiero salir de él.

Es una sensación de descontrol. Tengo que mover las piernas como tratando de erguirme, o reacomodar los huesos del cuello o la cabeza con movimientos bruscos, abrir y cerrar la mandíbula, todo para evitar irme. La piel es más sensible. Algo me abruma y sube. No se me acelera el corazón, no me duele nada, pero caigo en un estado de pánico que, con justeza, logro mantener a raya y apaciguar de a pocos.

Irme. No sé si tenga que ver con morir, pero debe ser algo así. De mi cuerpo trato de salir, es la única conclusión a la que puedo llegar. El último sábado me sentí así por varias horas. Creí que no iba a poder salir de ese estado, pero todo pasó al anochecer.

Aún no me quiero ir.

Etiquetas:

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

... Y yo tampoco quiero que te vayas mi Edu, por lo menos AHORA no, no me encuentro todavía preparada para más ausencias, por favor... ok?
Te quiero muchote.
EL RETORNO DE LA NEGA

octubre 21, 2007 3:32 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home